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Cocina y conventos en Yucatán

Cócorit es un pueblo yoeme (yaqui) que conserva sus usos y costumbres, entre ellas, la sagrada tradición de la Danza del venado, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
El terremoto de 1985 nos dejó sin hogar y mi bisabuela nos recibió. Le gustaba contar historias familiares, por ejemplo: los yaquis se llevaron a mi suegra, ella terminó enamorándose y por eso tienes sangre yaqui.
Nunca supe los detalles pero siempre me gustó verla interpretar su versión de la Danza del venado, especialmente cuando estaba contenta. Por eso me emocionó visitar el Centro CulturalYo’o Juara, en Cócorit, para participar del ritual que heredan y salvaguardan los jóvenes. Esta población es el corazón del Valle del Yaqui desde hace más de 400 años y su historia es de resistencia y defensa, tanto del territorio como de su cultura.
Me pareció un pueblo encantador. Sus cafeterías y restaurantes sirven el tradicional guacavaqui, un cocido de res con verduras y chiltepín, y por sus calles vi arte urbano, museos y talleres donde elaboran máscaras y tambores para las festividades. El Centro Cultural Yo’o Juara significa Lugar de encanto pues ahí se vive y comparte una cultura orgullosa a través del arte popular, la cocina típica, la medicina tradicional, la música y la danza ritual. También hay un mariposario dedicado a la cría de la especie cuatro espejos (Rothschildia cincta) cuyos capullos se utilizan como cascabeles de los tenábaris, que atan a sus tobillos los participantes de la Danza del venado. A través de la danza nos comunicamos con nuestros antepasados y pedimos la lluvia, explicó José Luis Medina mientras sus alumnos se alistaban. Bailé con ellos al ritmo del violín, el tambor de agua, la flauta, los raspadores de madera y sus hipnóticas voces; lo hice desde el corazón y estoy seguro que mi «bis» se alegró de verme conectar con nuestras profundas raíces yoeme.