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Cocina y conventos en Yucatán
Porqué vale la pena
Recolectar hongos y observar luciérnagas son actividades fascinantes para todas las edades pues nos recuerdan la generosidad de la naturaleza y sus misterios. También inspiran curiosidad y respeto, lo cual resulta fundamental para hacer de tu vida, un viaje.
Recomendaciones
- El parque se encuentra a 45 minutos del centro de Valle de Bravo. Hay cabañas con energía solar para cinco y hasta 19 personas, baño con agua caliente, chimenea y terraza. Además hay comedor, renta de equipo para pesca, lanchas y guías especializados para caminatas interpretativas, recolección de hongos y observación de luciérnagas.
- Las noches son frías, trae ropa abrigada, linterna y binoculares. La señal de celular es mala y vale la pena reservar con antelación al (722) 159 6195 o ejidoamanalco@gmail.com FB ParqueEcoturisticoCorraldePiedra
Caminar es un placer que damos por sentado; permite explorar de manera sutil y respetuosa. Uno de mis destinos favoritos para hacerlo es el Parque Ecoturístico Corral de Piedra, sobre todo en temporada de lluvias, cuando cada mañana brotan hongos suculentos, premio para quienes madrugamos y los reconocemos. Me encanta pasar el día con la familia y amigos explorando senderos en las montañas de Amanalco, con el lago reflejando los pinos y oyameles, y siendo refugio de las mariposas monarcas en el invierno. La zona está repleta de manantiales de los que proviene el 70% del agua que consume la CDMX. Mi amigo Jerónimo Vilchis administra el parque y la comunidad de origen otomí es la propietaria.
«Caminar con los viajeros es la oportunidad de compartir nuestro conocimiento y el respeto por la naturaleza», comentó al recolectar hongos para el almuerzo.
En el parque hay zonas para acampar, asadores y cabañas. Las truchas arcoíris se introdujeron exitosamente y ahora forman parte de la economía local y de su cocina. Doña Fidencia, en el comedor, prepara caldo de hongo y trucha frita o empapelada con jitomate, cebolla, chile manzano y epazote. Mi mamá me enseñó a guisarlas, es bonito compartir lo que tenemos, dijo al regresar con una canasta repleta de hongos y truchas recién pescadas.
Además de comer delicioso, disfruté remar en el lago, andar en bicicleta de montaña y al anochecer, admirarme con el espectáculo de las luciérnagas. Estos insectos con órganos lumínicos en el abdomen, en los que el oxígeno se combina con una sustancia llamada luciferina que reacciona produciendo luz, brillan en millares al unísono, para seducir a su pareja.
Necesitamos más contacto con la naturaleza, dijo Jerónimo al encender la fogata. No puedo estar más de acuerdo.
Datos duros
- Las truchas son peces de la subfamilia de los Salmoninae. Su cuerpo está lleno de espinas y su carne es muy sabrosa. Luchan con fuerza cuando se pescan utilizando una caña, por ello son muy cotizadas en la pesca deportiva.
- Es importante recolectar hongos con la técnica y el guía adecuado. No deben arrancarse sino hacer un corte diagonal en el pie, permitiendo que el mielo se mantenga bajo tierra para que vuelva a crecer. También hay que cargarlos en una bolsa de mercado o canasta para que las esporas caigan a lo largo de nuestro camino.
- El fenómeno de bioluminiscencia ocurre en el verano cuando las luciérnagas, escarabajos noctámbulos de la familia de los Lampirydae, buscan pareja. Existen unas dos mil especies de luciérnagas en el mundo, la mayoría tienen alas y eso las distingue de otros insectos luminiscentes conocidos como gusanos de luz. Las hembras depositan sus huevos bajo tierra, donde las larvas se desarrollan hasta la fase adulta, alimentándose de gusanos y babosas, a las que entumecen inyectándoles un fluido paralizante.
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