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Cocina y conventos en Yucatán
El corredor turístico Ixtapan-Tonatico es rico en opciones para la salud física, emocional e incluso espiritual a través de aguas termales medicinales, templos antiguos y maravillas naturales.
Viajar es medicinal. Está comprobado que desde el primer día, tu nivel de estrés disminuye un 80 %, mejora tu sistema digestivo y fortalece el inmunológico. Ahora imagina lo bien que le hace a cuerpo estar en Ixtapan de la Sal, destino frecuentado por sus cualidades curativas desde la época prehispánica. Iztapan deriva del náhuatl donde hay sal y fue un importante centro de producción hasta el siglo XX. Es ideal para un fin de semana, es pequeño y con un clima maravilloso, me dijo Horacio Becerril, dueño del restaurante Misión de San José. En el balneario municipal me exfolié con lodo y me bañé en sus aguas termales. Visité la parroquia de la Asunción, del siglo XVI, y seguí poniendo sal a mi vida en el flotario del Serenity Grand Spa. El agua está a temperatura corporal y tiene disueltos 650 kilogramos de sales Epsom, es tan densa como la del mar Muerto. Una hora dentro del flotario equivale a cuatro de sueño profundo, me explicó Laura Quiroz, su propietaria. Salí revitalizado y me dirigí al Pueblo Mágicode Tonatico, el lugar del sol, para observar el imponente salto de Tzumpantitlán desde un puente colgante que atraviesa el barranco. Luego comí en el restaurante Rebeca. Las tortillas siempre las hemos hecho grandes, comentó Fernando Colín al ver mi reacción ante los platillos voladores que hace su esposa. Si eres lo que comes, ese día me convertí en conejo en adobo y tortillas gigantes. Descansé en el hotel Lila & Co y al amanecer visité las grutas de la Estrella, un conjunto de cavernas creadas por el escurrimiento del agua de lluvia que deposita sales minerales y bicarbonato de calcio, creando estalactitas, estalacmitas y columnas. Cada centímetro toma 100 años en formarse, explicó mi guía, Javier Domínguez. La gruta me hizo sentir parte de algo mayor, una experiencia introspectiva que me llenó de agradecimiento a la vida y admiración por la naturaleza.