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Cocina y conventos en Yucatán
El legado de Frida Kahlo y Diego Rivera es eterno. Más allá de su originalidad y virtuosismo artístico está la influencia, la inspiración y las secuelas de una vida entera dedicada a revalorizar tanto el arte popular como nuestra sabiduría tradicional.
Con su vida y obra, Frida y Diego resguardaron nuestra cultura y la Ciudad de México los reconoce a través de su arte y arquitectura. Puedes remontarte cientos de años en la historia de México para después revivirla en los murales de Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez. Los del interior del Palacio Nacional, por ejemplo, representan la visión de Diego sobre la historia de México, desde la época prehispánica hasta la sociedad socialista que deseó. Nació en 1886 y a los 10 lo aceptaron en la Academia de San Carlos cuando envió el retrato que hizo de su madre, María, me explicó Rafael Ríos de camino al Café de Tacuba, restaurante centenario que el pintor frecuentaba.
En el corazón de Coyoacán palpita Frida y nada te prepara para visitar la Casa Azul, el sitio en donde nació, creció, pintó y murió este símbolo internacional del feminismo. Artistas e intelectuales del mundo han visitado este recinto en busca de inspiración. Y para admirar la obra e influencia de ambos, parada obligatoria es el Museo Dolores Olmedo, en Xochimilco. Queremos que nuestros visitantes aprecien la profundidad y la riqueza de nuestra cultura, me dijo Carlos Phillips. Recorrimos los jardines con magueyes y vimos el árbol de la manita (Chiranthodendron pentadactylon), así como pavorreales y perros xoloitzcuintle que para Frida fueron como los hijos que nunca tuvo, me explicó antes de visitar la colección más grande del mundo de obras de ambos artistas, con más de 3 mil piezas, incluyendo 139 de Diego, 25 de Frida y cientos de objetos prehispánicos. Caminar por él es una invitación a sentirse en México como en casa, no importa si eres un aficionado al arte o no. Ver y disfrutar su obra es también apreciar la inmensa confianza entre ambos y su profundo amor por México.