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Cocina y conventos en Yucatán
El lugar donde te hospedas determina la impresión que tendrás de tu destino, por eso busco propiedades auténticas que me ofrezcan una buena noche de sueño y sentirme como un local de manera instantánea. En el Hotel Bö así me sentí.
San Cristóbal de las Casas es una población fascinante. Reúne a tojolabales, tzeltales y tzotziles de los Altos de Chiapas, con artistas, artesanos, cocineros y viajeros enamorados de sus montañas y estilo de vida. En San Cris nos reunimos con amigos que lo eligieron como hogar. Nos gusta disfrutarla con la autenticidad de las miradas de sus locales y la luminosidad de sus montañas al amanecer. Puedes creer que lo tienes todo pero si no viajas, no tienes nada, afirmó mi amigo Maximiliano Villegas. Él se mudó a esta ciudad para ofrecer mayor calidad de vida a su familia. Me recibió en el Hotel Bö, propiedad cuyo diseño y ambiente lo han convertido en el corazón del Pueblo Mágico. Cada región tiene su propia historia, su cultura y sus vivencias, y este espacio te conecta con el mundo que es Chiapas, comentó con un café en los jardines de la propiedad que ya es un destino en sí misma.
Caminé por la plaza de la Paz hasta el reloj que se detuvo el 1 de enero de 1994. Lo más bonito es pasear sin rumbo, afirmó mi amigo y fotógrafo Carlos Hernández, quien hace años se asentó en San Cris. El hogar está siempre en construcción, el sitio que habitas evoluciona contigo, comentó mientras fotografíabamos la catedral, sede de la diócesis que ocupó el obispo fray Bartolomé de las Casas. Visitamos el taller del maestro joyero Carlos Preciat y lo documentamos trabajando en un preciado ámbar chiapaneco.
También fuimos con la maestra Eustaquia Ruiz para apreciar su trabajo en telar de cintura. Debíamos comer, así que visitamos a Martha y Kievf en su restaurante, Tierra y Cielo, capital de la gastronomía chiapaneca. Queremos fortalecer las cadenas productivas y compartir la historia detrás de nuestros platillos, explicó la chef al servirme un suculento mole coleto. Luego de un día así, realmente se me antojó vivir al menos otra vida entera en este lugar.