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Cocina y conventos en Yucatán
Los artesanos tlaxcaltecas elaboran impactantes trabajos para honrar, ya sea a personajes prominentes con un bastón de mando fabricado por Jose Luis Vázquez, o a la Virgen de la Caridad, con las alfombras de aserrín de Francisco Montiel Palacios.
El bastón de mando es símbolo de poder y sabiduría en las comunidades indígenas de América Latina y en San Esteban Tizatlán se tallan los más finos. Fue uno de los cuatro señoríos de la República de Tlaxcala que reunió a más de 100 maestros artesanos. Con la talla de bastones de mando generamos la economía necesaria para resguardar nuestro oficio, seguir sembrando la planta, preservar su hábitat y nuestra identidad, explicó el maestro José Luis Vásquez Sánchez refiriéndose a la madera de tlaxistle (Amelanchier denticulata), arbusto endémico ahora en peligro de extinción.
Desde hace más de 30 años su taller ocupa la planta alta de la tienda donde vende sus bastones. Los hay con rostros de águilas o coyotes en la empuñadura, otros tienen la caña decorada con figuras religiosas y los hay con tintes naturales y barnices pero todos son imponentes. Desde la época prehispánica se entregan al líder, entonces llamados tiaxcas o tlatoani, y además de tallarlos se decoraban con plumas, piedras y hasta pieles de animales. Durante la Colonia se les conoció como bastones de Apizaco porque ahí se vendían, pero siempre se han hecho en Tizatlán.
A 40 kilómetros estaba mi segundo destino: Huamantla. En agosto, este paisaje de haciendas y magueyes a la sombra del volcán Matlalcueye se cubre de tapetes elaborados con aserrín de colores y motivos bucólicos, religiosos o florales para honrar la peregrinación de la imagen de la Virgen de la Caridad. Este arte efímero es creado por artesanos como Francisco Montiel Palacios, quien me enseñó a elaborarlos en su taller. La fiesta es en agosto y el recorrido de 18 kilómetros es para rendirle culto a la patrona, me dijo mientras cerníamos aserrín antes de teñirlo, realizar nuestros trazos y, con ello, dar gracias y alabanzas por las bendiciones recibidas a lo largo del camino.