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Cocina y conventos en Yucatán
Sin música la vida no tendría sentido y tampoco los viajes. El oasis de Todos Santos es ideal para los amantes del rock, así como para quienes añoran el ambiente artístico y bohemio del que carece el vecino corredor turístico de Los Cabos.
Desayuné burritos de machaca y enfilé al norte por la costa del Pacífico rumbo a Todos Santos, un oasis ubicado en el Trópico de Cáncer, famoso por su ambiente alternativo, sus playas para surfear y porque ahí está el Hotel California que, se dice, inspiró la legendaria canción de The Eagles, de 1976.
La primera vez que fui a Todos Santos, sus calles eran de arena. El Pueblo Mágico ahora vive la gentrificación y ha cambiado desde que el artista Charles Steward llegó de Taos, Nuevo México, en 1985. Sucedió cuando pavimentaron la Carretera Federal 19 y se convirtió en la última frontera del surf. Ahora hay estudios y galerías, formando una colonia de artistas y cocineros como Angelo Dal Bon. Aquí todo sucede al ritmo de la naturaleza, comentó al preparar una de las mejores pastas que he probado fuera de Italia. Angelo llegó como turista, decidió mudarse y abrir el restaurante Tre Galline. Hay una energía especial. Recuerda el último verso de la canción, me dijo.
Al terminar el postre dirigí mis pasos al Hotel California. Fue uno de los primeros en la Baja. Lo construyó el señor Wong en 1947. Cuando lo compramos ya venía con el nombre y la leyenda de la canción, explicó Alejandro Blanco. Describe lo que debió ser el pueblo y el hotel en los años 60. Todos Santos fue abandonado de 1950 a 1975, convirtiéndolo en un pueblo fantasma. Originario de Chihuahua, Alejandro lleva años realizando festivales artísticos y gastronómicos, junto con Peter Buck, guitarrista de R.E.M. y John Paul Jones, bajista de Led Zeppelin. Con los festivales pudieron becar a los niños del pueblo y preservar su magia del turismo masivo. Dormí en la legendaria habitación seis y, como dice la canción, puedes hacer check out cuando quieras, pero nunca podrás irte. Así que supongo que ahí sigo… y seguiré.